En 1911 tuvo lugar una de las carreras más hermosas y a la vez dramáticas de la exploración antártica. Sus protagonistas: el noruego Roald Amundsen que contaba con una excelente formación naviera y una especial habilidad en las técnicas de supervivencia, aprendidas en parte de su experiencia en deportes invernales, en la vida de los esquimales, y en las expediciones que le precedieron y el británico Robert F. Scott capitán de la Royal Navy y explorador que dirigió dos expediciones a la Antártida. Ambos capitaneaban sendas misiones dirigidas a ser los primeros en llegar el centro geográfico del Polo Sur. Paradójicamente, desde niño, el verdadero sueño de Amundsen fue la conquista del Polo Norte. Su historia es una muestra de inquebrantable tenacidad y de coraje, dedicando toda su existencia a cumplir ese sueño. Con ellos concluiría la era de las expediciones en nuestro planeta.
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